No perdimos el tiempo

Posted on Updated on

IMG-20131001-WA0003

Cómo un domingo en la tarde y una hora critica, se pueden convertir en una oportunidad para enseñar y practicar la paciencia. No hay nada peor que llevarte a tus niños a hacer fila en una tienda de atención al cliente de una gran empresa. De esas empresas en las que las filas son largas y la espera la puedes sentir  eterna si tienes hambre y sueño.  Nosotros no tenemos más días que el sábado o domingo para hacer ciertas actividades, y después de una semana de no estar con nuestros hijos no queremos dejarlos con alguien más, lo que queremos es estar con ellos así que los llevamos con nosotros a todo.

Y nos llevamos a los hijos a hacer estas vueltas tan tediosas, y ya metidos en el negocio decidimos esperar lo que fuera necesario, estuvimos de pie, nos sentamos en el piso, jugamos con los aparatos tecnológicos de la tienda, jugamos con las manos, retomando aquellos juegos de mi época de niña cuando no existían los aparatos para trabajar la mente y no el cuerpo, cuando solo tu creatividad te sacaba del aburrimiento, agotamos los snacks del maletín, recurrimos al supermercado más cercano, utilizamos los frascos de compotas para tomar agua ya que los vasos desechables de la empresa se habían acabado, inventamos historias fantásticas para calmar los llantos, los cargamos, los sentamos, los paseamos en el coche, hicimos amistades, solo para que después de 2 horas y 30 minutos,  de esta caricatura super cómica si te la imaginas en cámara rápida, muy amablemente te digan que la vuelta no se puede hacer, que regreses en 10 días para que pases 2 horas más de tu vida sentado esperando, o que para poderte prestar el servicio solicitado en ese momento te costaría $150.000 más.

Así practicamos las paciencia y como trasmitirla a los hijos. No hicimos la vuelta pero enseñamos a los hijos a esperar el turno, a tener paciencia, y que las cosas no siempre salen como se espera.

Leave a comment